lunes, 30 de enero de 2012

Ruta del agua-Barranco Badajoz


Hoy tocaba,además de que el día era perfecto para cholear,nublado, con ligera llovizna y fresco pero no frío. Y como se nos hizo un poco tarde decidimos no hacer el pateo original en Ifonche y nos fuimos a Gúimar, al barranco de Badajoz, que además fue el 1er pateo que hicimos hace ya unos cuantos años.


 Para llegar a nuestro destino cogimos la TF-1 dirección sur hasta el cruce de Gúimar,salimos de la autopista y subimos por la TF-61 en dirección a el centro urbano de Güimar en donde tomamos la carretera general del sur, la Tf-28 y avanzamos por ella unos pocos cientos de metros hasta encontrar la 1ª calle que sube hacia San Juan, en concreto la calle Lomo grillo abajo, por la cual subiremos hasta llegar a la calle San Juan por la que seguiremos subiendo hasta llegar hasta la plaza de San Juan, en donde dejaremos nuestro vehículo.


 Aquí subiremos por la calle que parte de dicha plaza hacia arriba con gran inclinación, el camino de los hurones, el cual tiene una simpática pendiente pero también unas vistas brutales del valle de Güimar. Una vez finalizado este camino comienza el sendero de la ruta del agua el cual seguiremos con destino La Hidro.


 Todo este trayecto estaremos entre fincas de vides, papas, naranjos y coliflores sobre todo.Y vamos casi todo el rato siguiendo una atarjea que baja bien cargada de agua, lo que nos permitiría en verano refrescar nos, hoy como estaba fresco no hacia falta.


 Tras unos minutos llegamos de nuevo a otro camino que llega hasta La Hidro, la antigua central hidroelectrica de principios del siglo XX que daba electricidad a los habitantes de Güimar. Llegados hasta aquí tenemos 3 opciones, la 1ª a la derecha, señalizado como sendero alternativo nos adentra en el barranco del agua y termina en el canal de la Ruta de las Ventanas un itinerario que penetra por la montaña mediante túneles y que pasa por la verticalisima Fuga de los Cuatro Reales.(este otro recorrido lo tengo pendiente y este año lo tengo que hacer)


 La 2º opción es seguir subiendo de La Hidro hacia arriba por una pista empedrada que se adentra en una zona bastante tupida de vegetación que llega a una zona de grandes eucaliptus y mas allá llegamos a los pinos, también nos queda pendiente esta alternativa.


 Nosotros seguimos el recorrido hacia el barranco de Badajoz y bajamos por unas empinadisimas escaleras hacia la izquierda donde cachondamente alguien ha puesto una señal de prohibido el paso a peatones y propiedad privada, a la cual no hicimos ningún caso, ya que este recorrido no es privado ni de coña y lo único que pretenden es que no pasen junto a sus fincas. Esta bajada escalonada estaba bastante húmeda y tuvimos que estar muy al loro de no resbalar, pasados unos cien escalones llegamos a otra zona mas llana que recorrimos hacia unos eucaliptus que están derribados y que nos lleva a otra bajada vertiginosa y escalonada que baja hacia el cauce del barranco de Badajoz.



 Aprovechamos esta escalera para echarnos un refrigerio antes de seguir subiendo hacia el famoso y esotérico barranco, donde las leyendas de seres blancos, seres alados, ovnis y la famosa leyenda de la niña de las peras te acompañan mientras subes por su cauce. Yo no se si hay o no algo raro en este barranco pero la 1ª vez que fuimos teníamos un perro, el cual tuvo una reacción rara en el final del recorrido, se había separado de nosotros y tras ladrar a la nada, vino hacia nosotros con el rabo entre las piernas y bastante miedoso.


 La verdad que este barranco como todos los de esta zona del valle de Güimar y Candelaria son impresionantes, con unas alturas tremendas y una verticalidad alucinante,la verdad es que nunca he estado en ellos cuando el agua correr por sus laderas, pero también es cierto que debe acojonar un poco, ya que de allí escapar en caso de riada, es casi imposible.


 La subida en si es bastante suave, no hay partes duras, y se llega fácil al final del mismo, en donde a diferencia de la otra vez que estuve, han tapiado las entradas a las galerías, supongo que para evitar que algún tarugo se meta y pueda poner su vida en peligro.


Después de sacar las pertinentes fotos a la maquinaria oxidada de la época, empezamos la vuelta, ya con un tiempo que se iba despejando,aunque sin dar el sol en nuestras cabezas.
Tras pasar el punto en el que bajamos hacia el cauce del barranco a la ida, continuamos bajando por la pista ya asfaltada hasta llegar a una entrada a la izda. que atraviesa el imponente barranco que han tenido que afianzar con gigantescos prismas como los que ponen en los muelles.
Tras pasar por algunas fincas muy bonitas llegamos de nuevo a la plaza de San Juan.


Como resumen diré que el recorrido en si es bastante suave (solo unas pechadas fuertes al principio) y de una longitud corta, ideal para gente con poco fondo físico o poco tiempo. Las vistas durante la subida son espectaculares  y el barranco es muy bonito, aunque para mi gusto no llega a los niveles del de Añavingo en Candelaria.



Hasta la próxima.

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